Ser un programador de Fantasys – FTB Lifestyle
Largo tiempo ha pasado, largo tiempo he luchado, largo tiempo he sufrido más aún no me he rendido. Qué sería de esta nuestra humanidad sin el infinito poder del bit, pequeño, infinitesimal y, sin embargo, capaz de domarmares y erigir montañas.
He me aquí, en los albores de un nuevo destino, con el ímpetu de un niño que empieza a caminar, incesante, incansable. No todos los comienzos son dignos de sus finales pues hay un largo trecho que no ceja en su empeño de conducirte hacia un inesperado final. ¿A dónde nos deparará este borroso destino? ¿qué mieles disfrutaremos y qué amargos trances atravesaremos? sólo recorriendo el camino podremos tropezar, pues es en sí mismo parte de él.
Hubo un tiempo, no muy lejano, en que Gerente de la Fantasía era llamado, no por mérito propio, sino por errónea traducción de un idioma para nosotros harto olvidado. No es sino el conocimiento lo que vamos adquiriendo e incorporando a nuestras mochilas, base de nuestra actitud y, al final, nuestra propia definición de seres humanos. Mas ¿qué secreto se esconde tras todo conocimiento sino es más que un mero entrenamiento neuronal? el secreto reside, a mi entender, en el enriquecimiento del alma y la completitud como persona.
From The Bench todos y ninguno. Nuestro camino en la vida se ha cruzado aquí, en estas oficinas. Bien es conocido que esta compañía surgió de la amistad, y así permanece hasta nuestros días. En este clima fértil el “fumar” se hace inevitable, ideas y más ideas, humor, tareas divertidas, otras menos completan nuestro quehacer diario.
Hay momentos en los que vamos viento en popa, imparables, otros momentos en los que la rabia hace presa de nosotros, pues no todo está bajo nuestro control y, muy a nuestro pesar, dependemos de otros cuyas intenciones y acciones no coinciden, en ciertos momentos, con nuestros anhelos y necesidades. Todos los momentos son inolvidables, todos, y con ellos crecemos como compañía.
En From The Bench no faltan amigos, buen ambiente y muchos retos. Cada día aprendemos algo, cada día nos enseñan algo. No dejamos de crecer como personas, pues aspiramos a algo grande, más que nosotros mismos, aspiramos a pertenecer, crear, ser… una gran compañía.